martes, 12 de enero de 2010

Así mismo, desesperación

Tras doce años de prisión voluntaria Alonso Siroco salió de su pequeña mazmorra, ilusionado por descubrir un nuevo mundo en el que los avances y los descubrimientos fueran el motor impulsor, la ciencia e investigación lo que daba sentido al desarrollo de nuestra sofistificación, explicación a lo desconocido y tranquilidad a los desesperados.

Puede ser considerado soñador por las esperanzas que no perdía al salir una y otra vez a la luz de la congregación de "hombres civilizados" orgullosos de su simpleza y felices mirandose ante el espejo de su estupidez, con miedos absurdos y extraños pensamientos imposibles de demostrar como medio para paliarlos.

Puede ser considerado cobarde por esconderse una y otra vez por largos periodos en aquella mazmorra oscura y silenciosa, sin aprender a convivir con aquella sociedad y al mismo tiempo sin aprender a vivir su propia vida. Decidió refugiarse, imponiendo él mismo su propia pena que claramente seria mucho menos sangrienta y dolorosa que la que en cualquier momento le impondrían el resto de sus congéneres.

Hubiese dado igual en que momento hubiese decidido salir, cuantos años hubiese estado encerrado, la base del ser humano es la que es.

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